VOGUE Like a painting
Inaugaración de caracter informal a pie de exposición con todas las miradas al centro de un círculo que reunía a algunos de los encargados de seducir a millones de consumidores de imágenes en todo el mundo: Arte, fotografía, moda, revistas… Condé Nast, el museo Thyssen, Vogue España y la comisaria de la exposición Debra Smith dispuestos a explicar el porqué, el cómo y sobre todo el para qué de esta exposición que reúne a algunos de los fotógrafos más importantes de la historia de la imagen contemporánea.
La primera idea del proyecto surgió hace unos años con la exposición de VOGUE en Milán. El museo Thyssen se planteó la posibilidad de modificar los formatos expuestos, la selección de imágenes y la búsqueda de un criterio que fuese capaz de acercar la más que evidente relación entre pintura y fotografía para insertarla dentro de un museo. La influencia estética del prerafaelismo que aún sigue manteniéndose en cientos de imágenes femeninas en el cine, la publicidad o la televisión, la composición, la luz y sobre todo la necesidad de un espectador, se encargaron del resto. En las explicaciones aparecieron conceptos que han estado presentes en todas las artes desde su origen como la necesidad de permanencia de lo efímero, la búsqueda de la belleza, la innovación pero sobre todo, a partir de la intervención de Debra Smith, la causa última de colocar todo este fabuloso material dentro de la sala de un museo.
Para Debra Smith, el museo Thyssen es en primer lugar su primer recuerdo de Madrid. Recorriendo las salas donde se aloja una de las mejores colecciones de pintura contemporánea comprendió la necesidad de mantener y potenciar estos espacios donde el tiempo se detiene y el espectador contempla hasta los detalles más pequeños de una obra. La importancia del museo como espacio «fuera del mundo» donde podemos encontrarnos plenamente con el arte es uno de los motivos fundamentales de traer la fotografía hasta las salas de una pinacoteca. Debra Smith reivindicó la necesidad de una mirada atenta, estática, reflexiva y llena de admiración frente al mundo instantáneo de nuestra nueva sociedad en la que la popularización de la fotografía a golpe de click ha desvirtuado la esencia de un arte que frente al video o la performance, nos ofrece un mundo detenido sólo para que nuestros ojos decidan penetrar en él desde la calma que supone mirar. La necesidad de contemplar los detalles, para Debra Smith, no sólo queda en todo lo que cada una de las imágenes puedan ofrecernos sino que engloba el trabajo invisible de maquilladores, peluqueros, directores artísticos y ayudantes que contribuyen de manera fundamental a que el producto final sea tal y como es.
Diálogos entre clásicos y contemporáneos, color y blanco y negro, formatos enormes que devoran al espectador y tamaños íntimos que nos obligan a acercarnos más son algunos de los atractivos de esta exposición.
Ahora sólo nos queda tener tiempo para detenernos y mirar.
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Fuente | Like a painting – VOGUE